Las letras encuentran descanso en los rincones de tu piel, mientras forman palabras al encontrarse en la comisura de tus labios, el resquicio perfecto para comenzar a escribirte. Comenzar con la historia de tus besos, solaz y refugio para el viajero perdido en tierra extranjera, un momento detenido en el tiempo para darle oportunidad a los sueños de volverse realidad, justo antes de morir. Sí, una historia se escribe en tus labios, con las letras que se leen en tu piel, y se acentúa con el color brillante de tus ojos. Agujeros rutilantes en donde nace la inspiración, donde maduran las ideas, donde muere el olvido. Sí, eres un texto que no me canso de leer, pues, como invidente, recorro tus hojas con la yema de mis dedos, atento a los signos de tu voz, tus signos de exclamación que me indican el momento justo para detenerme. La historia perfecta, como cualquier buena historia, contiene su justa dosis de preguntas, aquellos signos de interrogación, las dudas que aparecen de repente y qu
Tu piel inmaculada se presenta ante mis ojos, haciendo nacer una sensación inquietante. Una sensación perturbadora que así como me confunde me enamora, me enamora a cada instante. La superficie de tu cuerpo emana el aroma que ansiaba respirar desde hace mucho tiempo atrás, refleja el brillo del sol de una manera insospechadamente bella, que cautiva el mirar de cualquiera que se deje, como yo, y seguro estoy que unos cuantos más. ¿Cómo no caer rendido ante la figura que proyecta tu silueta? ¿Cómo ser indiferente a tu andar? Si la tentación es imposible de vencer y tu imagen imposible de olvidar. De todo lo que eres, de todo lo que tienes, nada he podido probar, nada he podido obtener, ningún deseo he sido capaz de callar. Y no sé qué hacer. No sé qué hacer para quitarme estas ansías, estos deseos de conocerte tan sutil y profundamente como parte de tu cuerpo, de explorar tus deseos, compartir tus sueños, acompañarte en un viaje sobre las nubes, sin despegarnos del suelo. Esta