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Mostrando entradas de octubre, 2011

El tiempo es distancia...

Me preguntan si te quiero Si he de ser a tu recuerdo fiel Fiel a esa sonrisa que me eriza Cada momento toda mi piel La verdad me vuelves loco Es la realidad que puedo ver Mas hoy siento en mi lamento Que no hay nada que pueda hacer Te miro sin cesar Embelesado en todo momento De repente veo a mi suerte Abandonarme por completo Golpe de realidad Hace de un color real al día Día en que creo todo lo que veo Y acepto que nunca serás mía Por más que lo intente La fe no hará que de mí te enamores Te quedarás como el portento de mis cuentos De mis versos, mis canciones Para ti soy alguien más Entre todos invisible En mi ansia el tiempo es distancia Y tú, un amor imposible

(Des)Encuentros, (des)encantos y decepciones…

Todos tenemos altas expectativas de las cosas y nunca he sabido el porqué. Siempre esperamos que las cosas salgan justo de la manera en que lo hemos planeado, y nunca ocurre así. Cada vez que planeamos algo esperamos que todo salga bien, que las cosas salgan de la mejor manera, y nunca ocurre así. Y por más que el pasado nos recuerde que las cosas no siempre (casi nunca) saldrán justo de la manera esperada nos empeñamos en seguir creyendo. Solo creyendo. No digo que sea algo malo, no puedes hacer las cosas estando convencido de que saldrán mal; Sin embargo hay que tener sensatez y admitir que quizás, algo pueda salirse de nuestras manos y echar al traste todo nuestro cuidadoso plan. Al esperar mucho de algo, o de alguien, elevamos nuestras expectativas a niveles muy altos, para que, cuando ese algo, o alguien, nos falle, la decepción sea así de grande. Esto pasa mucho con las relaciones interpersonales, al iniciar una relación de manera “normal” todo empieza muy bien

Hoy podría irme de aquí...

Hoy podría irme de aquí Al saber de tu existencia Por esas diez razones Que me alejan de la demencia El aroma de tus pasos El sentirte a cada instante Respirando tu perfume El de tu cuerpo tan distante La huella de tu cuerpo Cada fibra de tu pelo Provocándome entre sueños Eternas noches de desvelo El sabor de tus palabras El ronroneo de tu andar Causan un furor eterno El gozo de nunca acabar El color de tus mejillas El rubor de tus ojos Supliéndome de deseos De los más voraces antojos El toque de tus labios Y la visión de tu cuerpo perfecto Crean en mi mente dudas Sobre lo que es o no correcto Esas son las diez razones Que evitan que el mundo sea hosco Hoy podría irme feliz de aquí De no ser porque aún no te conozco.