Son momentáneos; Sin embargo sus repercusiones nos siguen hasta el final de nuestras vidas. Son olvidables, pero nunca los olvidamos. Pueden ser grandes o pequeños, inicuos o inocuos, lamentables o risibles, simplemente destructivos e inclementemente devastadores. Nuestros errores son el peso que cargaremos siempre a nuestras espaldas; Sin embargo, no todos los cargamos de la misma manera. Algunos son capaces de lidiar con sus errores con una entereza envidiable, aceptando las consecuencias sin chistar, con toda la responsabilidad que conllevan; Otros, en cambio, se limitan a pasar el tiempo arrepentidos y pensando en hasta que punto esos fallos cometidos antaño han afectado sus vidas, e intentan de manera inútil y desesperada regresar al pasado, a como todo era antes, solo para no lidiar con las equivocaciones que cometieron. Eso es deprimente. El humano debe aprender de sus errores y aceptar las consecuencias para poder avanzar, no es factible quedarse atrás, esperando que las cosas se solucionen. A veces cometer una equivocación es justo lo que debemos hacer para llegar al lugar en el que tenemos que estar y aceptarlo. Las cosas no siempre saldrán como uno lo desea y qué bueno, la vida sería demasiado fácil si así lo fuera. Los errores son una carga que se queda muy clavada en nuestra consciencia, en nuestra memoria; Los errores nos hacen pensar, nos hacen sufrir, pero con el paso del tiempo se aprende a vivir con ellos.
En noches como ésta Pienso en mi dulce aflicción Si no te encuentras cerca Tu recuerdo se vuelve adicción La lejanía se pierde en el viento Mi voz viaja hacia tu oído Tus labios son el deseo Más puro que he tenido Más son contados mis vicios El delirio malsano de la ansiedad Sostener tu mano bajo el cielo De aquí hasta le eternidad He de admitirlo sin más Tu piel es de mis vicios la sentina Que es tocada por mis dedos Suave como la seda más fina Quizá estoy obnubilado Cuando en tu piel un beso entierro Cuando estoy en el destierro De no tenerte aquí a mi lado Tú eres mi adicción Tú eres mi vicio más puro Y en mi dulce aflicción Está el amor que te procuro.
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